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Expertos en Prevención de Riesgos: Los desafíos futuros en seguridad y salud laboral.

Una competencia fundamental del futuro profesional de prevención de riesgos es Ser un líder motivacional que permita a cada individuo identificar el beneficio personal y colectivo de participar y comprometerse en la gestión de riesgos.

En los últimos años, diversos sucesos de la contingencia nacional han presionado permanentemente a la sociedad a comentar y mirar con mayor frecuencia los avances desarrollados por empresas, instituciones educacionales, organismos fiscalizadores, mutualidades y asesores en relación a las políticas establecidas en beneficio de la salud y seguridad de los trabajadores de nuestro país.

Accidentes laborales emblemáticos en rubros productivos como minería y transporte, desastres naturales con enormes pérdidas humanas y materiales, entre otros eventos, han generado críticas permanentes; sin embargo, en la gran mayoría de los casos se repite un denominador común, el rol de los profesionales de la Prevención de Riesgos para evitar desastres. Pero, ¿son realmente ellos los únicos encargados del diseño e implementación de sistemas que aseguren la integridad de las personas en el desarrollo de sus funciones laborales? Muchas personas creen que sí, considerando que son profesionales preparados técnicamente para crear y desarrollar estrategias de gestión de riesgos.

Sin embargo, el rol de los prevencionistas de riesgos va un paso más allá, y dentro de los desafíos que se plantean en el corto, mediano y largo plazo, apuntan a posicionarse en los distintos ámbitos en que se desenvuelvan como líderes que logren establecer redes para el involucramiento activo de cada integrante de una organización en los procedimientos de control de riesgos.

Y es que a nivel país, tanto por las políticas de gobierno como de particulares, se ha establecido que en aspectos de preparación o derechamente de prevención, no hemos alcanzado el nivel que permita asegurar la integridad física y psicológica de las personas. Mientras tanto, como medida inmediata, se decidió aumentar la capacidad fiscalizadora hacia las empresas y lugares públicos, una excelente medida que permite identificar a tiempo las condiciones por mejorar. Sin embargo, los desafíos para los prevencionistas de riesgos están definidos por otro factor común que hemos visto en los casos más emblemáticos de nuestro país: el desconocimiento y falta de información ante una situación de emergencia. Pero no debemos buscar culpables, sino generar estrategias para el involucramiento de todas las partes en la PREvencion. ¿Cómo hacerlo? Ahí está el desafío de los futuros prevencionistas.

Transversalidad

Si nos centramos en el mundo laboral, podemos identificar que cada empresa tiene su estructura particular, pero una de las principales características de las áreas de prevención de riesgos es su transversalidad, y claro, esta condición tiene una lógica bastante obvia y también ética, ya que la inversión en seguridad no puede dejar a nadie afuera.

Identificar a las personas adecuadas dentro de la organización para que se comprometan, ayuden a generar redes de apoyo y así involucrar progresivamente a todos los trabajadores con la seguridad y que además sean un aporte real de nuevas estrategias de prevención, es una tarea fundamental para el logro de los objetivos previamente trazados. Asimismo, la relación con los mandos medios debe ser permanente, ya que son ellos los que están en contacto diario y directo con sus equipos de trabajo; por lo tanto, deben ser “embajadores” de la seguridad en sus áreas. Por supuesto que si la cabeza de la organización no transmite un mensaje de compromiso con la seguridad y que sea visible por todos, entonces difícilmente se logrará empapar a la organización con este compromiso por miles de actividades de prevención de riesgos que se hagan.

Estas recomendaciones nos entregan las bases para identificar una competencia fundamental del futuro profesional de prevención de riesgos: ser un líder motivacional que permita a cada individuo identificar el beneficio personal y colectivo de participar y comprometerse en la gestión de riesgos.

El concepto del prevencionista que trabaja solo y es el encargado único y absoluto de la seguridad de las personas quedó en el pasado hace muchos años. El traspaso de la gestión de riesgos a jefes y supervisores, y donde el prevencionista era un controlador de que las cosas se hicieran según lo programado, es un concepto que los hechos acontecidos en el último tiempo han tirado por la borda.

Sin embargo, el desarrollo permanente de redes de apoyo a través de una marcada gestión por medio de la inteligencia emocional que debe cultivar el profesional de prevención de riesgos, es el concepto que permitirá tener a más personas informadas, capacitadas y preparadas para tomar buenas decisiones ante una situación de crisis. Y eso es finalmente lo que debe primar.

Publicado: Jueves, 14 de Junio de 2012

Por Danilo Robledo

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