By gestionsigwebNoticias
Las cinco claves para descubrir si es el momento óptimo para pensionarse
La complejidad de esta decisión no sólo está en determinar si acaso opta por un retiro programado o una renta vitalicia. Las condiciones prevalecientes en el mercado también son importantes, junto con el estado de salud de sus familiares directos, quienes serán sus beneficiarios en caso de pensión de sobrevivencia.
La señora Ximena ha trabajado toda su vida como profesora. A sus 67 años, y después de haber cotizado 30 en el sistema de AFP, comenzó a preguntarse si había llegado el momento de pensionarse.
No es que necesitara urgentemente el dinero; de hecho, ella sigue trabajando y planea hacerlo por un par de años más. La razón para pedir su pensión es que la asustaba la idea de que los fondos de pensiones -golpeados por la incertidumbre de los mercados internacionales- bajaran aún más y con ello se esfumara una parte de sus años de esfuerzo.
Pero las dudas de la señora Ximena no hacían más que multiplicarse. ¿Era buen momento pensionarse justo cuando los fondos estaban volátiles? ¿Era mejor posponer la decisión para el próximo año? ¿Y si los mercados bajaban aún más? Al final, cerró los ojos y optó por una renta vitalicia. “Ahora estoy más tranquila, pero no me había imaginado lo complejo que es tomar la decisión de pensionarse”, reflexiona.
Este caso ayuda a ilustrar un punto importante: no existe “el” momento para pensionarse; cada caso habrá que verlo en su mérito y, como verá, hay a lo menos cinco variables que debe considerar.
Hágase la pregunta:
1. ¿Realmente necesito jubilar?
“Es claro que nadie está obligado a jubilar, y en muchos casos se da que no es necesario”, explica el consultor previsional Alfredo Cruz.
El experto explica que puede ocurrir que las personas tengan otras rentas; asimismo, si se pensiona y sigue trabajando podría aumentar el pago de impuesto a la renta (por la remuneración y por la pensión), eso sólo por mencionar algunos aspectos. “Si no necesita jubilar, puede ser mejor seguir con sus otras rentas”, explica Cruz.
2. Rentas vitalicias: qué debe saber sobre la tasa de venta
El cálculo de la pensión -ya sea en retiro programado o renta vitalicia- no es tan sencillo, pues inciden varios factores. Allí están, por ejemplo, las tablas de mortalidad (es decir, estadísticamente cuántos años debería vivir desde que se pensiona) y el capital acumulado en la AFP (la regla es simple, si el capital es bajo, la pensión resultante será modesta, y viceversa).
En el caso de las rentas vitalicias, también debe tomar en cuenta cómo se están comportando los mercados y su impacto en la tasa de interés técnico (también conocida como tasa de venta), que de alguna manera viene a ser el “precio” que le paga la compañía de seguros por “comprar” sus fondos previsionales, a cambio de una pensión de por vida.
La regla dice que mientras más alta sea la tasa de venta, la pensión ofrecida debería ser mayor, y viceversa.
En general la tasa de venta sigue la trayectoria de las tasas de mercado de largo plazo.
Sin embargo, no piense que por el solo hecho de que la tasa de venta esté “alta” necesariamente la pensión será mayor, ya que si como contrapartida los fondos de pensiones están en “rojo”, la mayor tasa de venta podría ser neutralizada por un fondo de pensiones más chico.
Por lo mismo, la tasa de venta es una de las variables que debe mirar, pero no la única. Con todo, según sea el caso, a veces puede valer la pena postergar la decisión de pensionarse. De acuerdo con cálculos de Alfredo Cruz, en un escenario de rentabilidad neutra de los fondos de pensiones, postergar la pensión por seis meses -y asumiendo que la tasa de venta no cambia- podría llevar a que el monto de la renta vitalicia suba algo más de 2%. En el mismo escenario de seis meses, si la tasa de venta bajara en 0,15%, la pensión resultante disminuiría en 1,6%.
3. Atención si los fondos de pensiones están en “rojo”
No es lo mismo pensionarse cuando los multifondos van a la baja que cuando están en alza. Si opta por Retiro Programado, puede ser que no sea tan dramático si la rentabilidad de los fondos no va bien, pues esta pensión se recalcula año a año. No así con renta vitalicia, ya que si los fondos están a la baja, traspasará menos capital a la compañía de seguros y la pensión será más baja (el monto de la pensión queda fijado de por vida).
Por lo mismo, explica Alfredo Cruz, aquí es imprescindible seguir la regla básica: alguien que está cerca de pensionarse no debe estar en los fondos de mayor riesgo (D o E es lo ideal).
4. La salud (y edad) de sus beneficiarios:
Si tiene cónyuge (e hijos menores a 24 años), deberá incluirlos en el cálculo de la pensión. Por lo tanto, si su cónyuge es varios años menor que usted, eso se notará en que su pensión será menor (pues él o ella tendrá una mayor expectativa de vida).
Otro punto que debe tomar en cuenta al momento de pensionarse es el estado de salud de su cónyuge.
Si él o ella por desgracia padece una enfermedad terminal, y usted necesita imperiosamente pensionarse, es posible que la renta vitalicia no sea la mejor opción.
En todo caso, en estos casos necesita una cuidada asesoría previsional para explorar los pro y contra de cada alternativa.
5. ¿El monto de su pensión es suficiente?
Al acercarse el momento de la pensión, muchos se encuentran con la “sorpresa” que el monto de la jubilación es muy bajo. Dicho de otro modo, la tasa de reemplazo (es decir, qué porcentaje de su última renta representa la pensión) es insuficiente para satisfacer sus propias expectativas. Lo ideal es que la tasa de reemplazo alcance al 70%.
Si descubre a los 60 o 65 años que dicha tasa es insuficiente, sin duda es un problema, y de allí que el objetivo de lograr una adecuada tasa de sustitución debe ser planificada con años de antelación. Si a la edad que puede jubilar por vejez (65 años los hombres, 60 las mujeres) descubre que aún está lejos de una buena tasa de reemplazo, una opción es tratar de postergar el retiro. De acuerdo con Alfredo Cruz, la pensión podría crecer entre 6 y 8% por cada año que se postergue
Manuel Silva