By gestionsigwebNoticias
Huella del agua, el próximo desafío para la sustentabilidad empresarial.
Preocuparse por cuánto este recuerdo se utiliza en los procesos de producción se ha transformado en una prioridad para las empresas modernas, ya que ello les permite enfrentar las implicancias del calentamiento global y del estrés hídrico y adelantarse a las regulaciones referentes a este tema.
La escasez de agua a nivel mundial es un problema que ha llevado a expertos y compañías a impulsar iniciativas para preservar este recurso.
La mediación de la huella de carbono comienza hacer una realidad consolidada en el mundo desarrollado, abriendo camino para una nueva etapa hacia la sustentabilidad: la inclusión de la huella de agua dentro de la cultura de medición de impacto ambiental: En el mundo ya son muchas las empresas que están trabajando en esta línea, como la cervecera global SAMMiller o la brasileña Natura, pionera en Sudamérica.
No se trata de una simple tendencia en boga. La huella del agua es un indicador de relevancia para la competitividad de las empresas y la sostenibilidad de los negocios, ya que determina el consumo directo e indirecto de este recurso utilizado en la elaboración de un producto.
La huella hídrica de un individuo, comunidad o negocio está definida como el volumen total del agua que se necesita para producir los bienes y servicios consumidos por los mismos. El uso del recurso se mide en volumen de agua consumida (o evaporada) y/o contaminada por unidad de tiempo.
Esta verdadera “marca” puede calcularse para un grupo de consumidores o productores y aplicarse a un espacio geográfico explícito, incluyendo variables como volúmenes de uso y contaminación de agua en lugares determinados.
El avance en esta línea ha tomado fuerza en los últimos años, específicamente a partir de 2002, fecha en que el científico holandés Arjen Hoekstra, experto del Instituto UNESCO-IHE, comenzó a plantear con fuerza la idea de que los problemas hídricos por los que atraviesa el mundo están íntimamente ligados a la estructura de la economía global.
“Muchas países han extematizado significativamente su huella hídrica al importar bienes de otros lugares donde requieren un alto contenido de agua para la producción. Este hecho genera una importante presión sobre los recursos hídricos sobre las regiones exportadoras, donde muy a menudo existe una carencia de mecanismos para una buena gobernanza y conservación de ellos”, ha comentado el especialista.
2030: UN AÑO CLAVE PARA LA CRISIS DEL AGUA
El tema no es menor, sobre todo sí se considera que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) alertó, en su informe ambiental de 2008 la organización Water Resources Group, con el fin de proporcionar nuevos aportes al tema crecientemente crítico de la falta de agua. El grupo tuvo como objetivo la creación de un base de datos integrada que evidencia el potencial y los costos de las medidas técnicas para reducir la escasez hídrica, con el fin de establecer un diálogo entre los diferentes tomadores de decisiones, enfocado a encontrar soluciones al problema.
“En el mundo de los recursos hídricos, la información económica es insuficiente, la gestión es a menudo opaca y los tomadores de decisiones no están todo lo involucrados. Como resultado de esto, muchos países luchan por establecer políticas de agua que puedan implementarse y que tengan una base analítica”, plantea Water Resources Group.
El patrocinio inicial para esta iniciativa provino de The International Finance Corporation (IFC), McKinsey, que proporciona la gestión general del proyecto, y el consorcio empresarial conformado por The Barilla Group, The Coca-Cola Company, Nestlé S.A., SABMiller ple, New Holland Agriculture, Standard Chartered Bank, y Syngenta.
Cómo Medirla
En la actualidad existen diferentes estándares, como el Global Water Tool (WBCSD), que permite gestionar los recursos hídricos (dulce y salado) de una empresa y generar indicaciones GRI, inventarios, métricas de riesgo y eficiencia. UNEP/SETAC Life Cycle Iniciative es otro estándar basado en el análisis de ciclo de vida de busca proveer a la compañía de un marco para medir y comparar índices de cantidad y calidad del agua. Todos estos indicadores se enmarcan en las exigencias de la norma ISO 14040.
El Water Footprint Network, en tanto, es otra de las metodologías aplicadas por las compañías.
Estrategia de Responsabilidad Social
En la mayoría de las economías desarrolladas existe consenso en que para revertir la escasez mundial de aguas se ha vuelto fundamental que las empresas gestionen su impacto ambiental, incluidas sus huellas de carbono y de agua.
En este sentido, Rodrigo Acevedo, jefe del Programa Productividad y Cambio Climático de Fundación Chile, comenta que medir y gestionar la huella del agua permite a las compañías prepararse para las implicancias del calentamiento global y del estrés hídrico y adelantarse a las regulaciones referentes a esta materia.
Hasta ahora son cada día más las firmas internacionales y locales que han incorporado a su estrategia de Responsabilidad Social la medición del consumo de agua total utilizado para producir los bienes y/o servicios, seguido de un análisis exhaustivo para evaluar en qué procesos se podría optimizar el uso del recurso.
En Chile, Masisa es un ejemplo de desarrollo de sistemas de gestión de huella del agua. Francisca Tondreau, gerente de Sustentabilidad de la compañía, explica que en la estrategia general de RSE de esta empresa se encuentran insertas la gestión de su huella de carbono y del agua.
La firma comenzó a visualizar este tema dentro de su proceso de toma de decisiones sobre las inversiones que realizaría en un contexto de cambio climático.
Fuente:www.lasegunda.com